sábado, 7 de mayo de 2016

EDITORIAL: ¿Porqué heroica?


Hablar de heroísmo, implica referirnos a la valentía, a una saga histórica llevada a cabo por algún héroe. En este caso quiero destacar la Extensión Universitaria como una heroína reconocida en el silencio de las universidades, frente al quehacer de la docencia e investigación. Cerca del año 1800 aparece en Inglaterra  una joven función universitaria, unida al movimiento de la educación social y popular, en momentos álgidos y de cuestionamiento a la enseñanza aristocrática. Arde el ansia del saber,  se hace visible la crítica a las doctrinas de la Edad Media y entre algunos nobles de la época se plantea extender los límites de la universidad para el pueblo que trabaja  y que no puede asistir a ella.
En 1876, se conforma la Sociedad de la Extensión Universitaria entre las universidades de Londres, Oxford y Cambridge. En pleno verano estudiantes procedentes de diferentes ciudades fraternizan entre sí, disfrutan de las bibliotecas y los laboratorios y se da pasó al desarrollo de cursos, conferencias, actividades culturales en otros espacios diferentes a las aulas tradicionales, con el objeto de ampliar el ámbito de la educación universitaria. Esta joven función, atraviesa otros territorios y llega a Francia donde inicia el movimiento de extensión de la cultura.
La ilustración alemana, los ideales de la Revolución Francesa, la organización del proletariado de clases, el romanticismo reivindican la independencia de la institución universitaria  y las libertades intelectuales,  lo que generó para la Extensión Universitaria un motivo de lucha y conquista por el establecimiento de universidades populares, cátedras libres, programas de integración social, difusión cultural, entre otras acciones. En su recorrido por Europa, conoció al maestro Simón Rodríguez quien descarnadamente le habló de otros pueblos que no eran europeos,  sino hijos de la pachamana, de la madre tierra. Este encuentro afianzó en ella el deseo de conocer otros mundos posibles y el maestro Rodríguez regresó con un claro objetivo  enseñar e impartir “la libertad de pensar”, la “libertad de ser nosotros mismos”. Sin complacencias a la oligarquía española, Rodríguez incluye en sus aulas a pobres, pardos, mestizos e indígenas. Sembró la semilla de la extensión.        
Cual Libertadora, la heroica Extensión, llegó mucho tiempo después a Latinoamérica, en pleno siglo XX y consiguió la universidad en manos de la oligarquía, con un monopolio de cátedra y con exclusión de la participación estudiantil, además de un acceso restringido a los menos favorecidos. Recordó su encuentro con Simón Rodríguez. En Argentina, se reunió clandestinamente con jóvenes progresistas y romanticistas, que reclamaban sus derechos por una educación libre, gratuita, que dejara atrás el modelo napoleónico. Sin revelar su identidad, organizó con ellos el Movimiento de Córdoba y en 1918 plasmó su ideario en un programa reformista que penetró la universidad latinoamericana y proclamó :“Vincular la universidad al pueblo y la vida de la nación”. Fueron momentos de luchas y conquistas estudiantiles que propugnaban la ruptura elitista de la universidad, y su paso a un modelo público, laico, gratuito, cogobernado y autónomo, que diera paso a la nueva universidad latinoamericana y dejara atrás la universidad colonial precedente.    
En el transcurrir de los años ha viajado por todas las universidades, y se ha encontrado con diferentes escenarios de lucha. En algunos casos sus nobles principios se han visto afectados, ante la llamada crisis económica, crisis presupuestaria, y se le ha puesto del lado del mercantilismo, de la generación de ingresos, restándole fuerza a su misión social. Sin embargo, su lucha por conquistar los espacios de la interacción dialógica Universidad-Comunidad-Universidad, continúa.  Sus mejores aliados, han sido los estudiantes y las comunidades, en comunión por un aprendizaje social, por un intercambio de saberes.
Esta heroína universitaria, ha sufrido descalificación,  posiblemente para solapar su gesta histórica en el presente y ha sido nombrada como la Cenicienta, ante sus dos hermanas: la Docencia y la Investigación. Nos hemos quedado sólo con una parte de este cuento. Pero no hemos dicho que cuando el Rey llegó a Palacio se quedó enamorado y prendado de la belleza y nobleza de esta joven, hasta quiso besarla. Tanto que la buscó, que la encontró y le probó la zapatilla frente a sus hermanas  y (…) de Cenicienta pasó a ser reina. Su mayor conquista ha de ser el currículum universitario, la formación integral e integradora y en su reinado deberá retornar a sus orígenes como la función social de la universidad latinoamericana.     

Teresita Pérez de Maza
Caracas, 2016

Imagen: parte del mural en honor al poeta Aquiles Nazoa, expuesto en la comunidad de Petare en Caracas