Hablar de heroísmo, implica
referirnos a la valentía, a una saga histórica llevada a cabo por algún héroe.
En este caso quiero destacar la Extensión Universitaria como una heroína
reconocida en el silencio de las universidades, frente al quehacer de la docencia
e investigación. Cerca del año 1800 aparece en Inglaterra una joven función universitaria, unida al
movimiento de la educación social y popular, en momentos álgidos y de
cuestionamiento a la enseñanza aristocrática. Arde el ansia del saber, se hace visible la crítica a las doctrinas de
la Edad Media y entre algunos nobles de la época se plantea extender los
límites de la universidad para el pueblo que trabaja y que no puede asistir a ella.
En 1876, se conforma la Sociedad de la Extensión Universitaria
entre las universidades de Londres, Oxford y Cambridge. En pleno verano
estudiantes procedentes de diferentes ciudades fraternizan entre sí, disfrutan
de las bibliotecas y los laboratorios y se da pasó al desarrollo de cursos,
conferencias, actividades culturales en otros espacios diferentes a las aulas
tradicionales, con el objeto de ampliar el ámbito de la educación
universitaria. Esta joven función, atraviesa otros territorios y llega a
Francia donde inicia el movimiento de extensión de la cultura.
La ilustración alemana, los
ideales de la Revolución Francesa, la organización del proletariado de clases,
el romanticismo reivindican la independencia de la institución
universitaria y las libertades
intelectuales, lo que generó para la
Extensión Universitaria un motivo de lucha y conquista por el establecimiento
de universidades populares, cátedras libres, programas de integración social, difusión
cultural, entre otras acciones. En su recorrido por Europa, conoció al maestro
Simón Rodríguez quien descarnadamente le habló de otros pueblos que no eran
europeos, sino hijos de la pachamana, de
la madre tierra. Este encuentro afianzó en ella el deseo de conocer otros
mundos posibles y el maestro Rodríguez regresó con un claro objetivo enseñar e impartir “la libertad de pensar”, la
“libertad de ser nosotros mismos”. Sin complacencias a la oligarquía española,
Rodríguez incluye en sus aulas a pobres, pardos, mestizos e indígenas. Sembró
la semilla de la extensión.
Cual Libertadora, la heroica
Extensión, llegó mucho tiempo después a Latinoamérica, en pleno siglo XX y consiguió
la universidad en manos de la oligarquía, con un monopolio de cátedra y con
exclusión de la participación estudiantil, además de un acceso restringido a
los menos favorecidos. Recordó su encuentro con Simón Rodríguez. En Argentina,
se reunió clandestinamente con jóvenes progresistas y romanticistas, que
reclamaban sus derechos por una educación libre, gratuita, que dejara atrás el
modelo napoleónico. Sin revelar su identidad, organizó con ellos el Movimiento de Córdoba y en 1918 plasmó
su ideario en un programa reformista que penetró la universidad latinoamericana
y proclamó :“Vincular la universidad al
pueblo y la vida de la nación”. Fueron momentos de luchas y conquistas
estudiantiles que propugnaban la ruptura elitista de la universidad, y su paso
a un modelo público, laico, gratuito, cogobernado y autónomo, que diera paso a
la nueva universidad latinoamericana y dejara atrás la universidad colonial
precedente.
En el transcurrir de los años ha
viajado por todas las universidades, y se ha encontrado con diferentes
escenarios de lucha. En algunos casos sus nobles principios se han visto
afectados, ante la llamada crisis económica, crisis presupuestaria, y se le ha
puesto del lado del mercantilismo, de la generación de ingresos, restándole
fuerza a su misión social. Sin embargo, su lucha por conquistar los espacios de
la interacción dialógica Universidad-Comunidad-Universidad,
continúa. Sus mejores aliados, han sido
los estudiantes y las comunidades, en comunión por un aprendizaje social, por
un intercambio de saberes.
Esta heroína universitaria, ha
sufrido descalificación, posiblemente
para solapar su gesta histórica en el presente y ha sido nombrada como la
Cenicienta, ante sus dos hermanas: la Docencia y la Investigación. Nos hemos
quedado sólo con una parte de este cuento. Pero no hemos dicho que cuando el
Rey llegó a Palacio se quedó enamorado y prendado de la belleza y nobleza de
esta joven, hasta quiso besarla. Tanto que la buscó, que la encontró y le probó
la zapatilla frente a sus hermanas y (…)
de Cenicienta pasó a ser reina. Su mayor conquista ha de ser el currículum
universitario, la formación integral e integradora y en su reinado deberá
retornar a sus orígenes como la función social de la universidad
latinoamericana.
Teresita Pérez de Maza
Caracas, 2016
Imagen: parte del mural en honor al poeta Aquiles Nazoa, expuesto en la comunidad de Petare en Caracas